Entrevista a Pedro Esteban, referente profesional y amigo.

Hemos hablado en numerosas ocasiones de Balenciaga, un referente profesional para Lecumberri Atelier por su forma de entender el diseño de moda y el modisto español de alta costura más importante de nuestra historia. Sin embargo, hoy queremos rendir tributo a Pedro Esteban, un importante modista aragonés y un gran referente en la profesión. Pedro trabajó durante más de 12 años en los talleres de Balenciaga y ha sido uno de los mayores donantes de obra al Museo Cristobal Balenciaga de Guetaria. Entre sus aportes se encuentra una de las mayores documentaciones bibliográficas que han existido del diseñador vasco; historias, escritos, patrones, revistas y un sinfín de documentos que hablan por sí solos de la gran información y documentación que Pedro tenía de la época en la que trabajó con él. Pero además, destaca especialmente la donación de colecciones completas propias de vestidos creados en base al buen saber hacer del maestro Balenciaga. También hay otros muchos vestidos donados por grandes clientas de Pedro para que éste pudiera cederlos al Museo Balenciaga y conservarlos allí en todo su esplendor. Vestidos que, a su vez, hemos tenido el placer de ver, tener en nuestras manos y plancharlos antes de su exposición en el museo.

Pedro trabajó durante más de 12 años en los talleres de Balenciaga y ha sido uno de los mayores donantes de obra al Museo Cristobal Balenciaga de Guetaria.

En esta ocasión, queremos rendir homenaje en nuestro blog a esta figura tan importante en la carrera profesional y personal de Lecumberri Atelier. Un referente como modista y un gran amigo junto al que ha vivido grandes momentos. Pedro Esteban fue discípulo del gran Balenciaga y continuador directo de su obra. Un gran modisto que trabajó durante mucho tiempo en sus talleres y del que Lecumberri Atelier ha tenido el placer de aprender, escuchar y entender el mundo de la alta costura como solo ellos sabían hacerlo; el respeto y admiración por el tejido y las prendas, el buen saber hacer ante el patronaje para dotarlo de vida… en definitiva, un proceso de «arquitectura textil» que requiere la interpretación del patrón para trasladarlo al volumen de la prenda. Un respeto por los materiales y la profesión que, como anécdota, Pedro Esteban manifestaba bendiciendo con sus tijeras las maravillosas y carísimas telas al comienzo de cada uno de sus trabajos. 

Recibimos en Lecumberri Atelier, una vez más, la agradable visita de Pedro Esteban para recordar su trabajo, preguntarle acerca del mundo de la moda y escuchar su interesante opinión al respecto.

El respeto y admiración por el tejido y las prendas, el buen saber hacer ante el patronaje para dotarlo de vida... en definitiva, un proceso de ``arquitectura textil`` que requiere la interpretación del patrón para trasladarlo al volumen de la prenda.

– ¿Cómo se describiría como modista?
– Me considero un modista completo y atemporal; se elaborar un patrón, cortar una prenda y coserla. De principio a fin. Cumplimos y tenemos años, pero también tenemos una escuela detrás de ello y una formación apropiada.
– ¿Qué le diferencia de otros modistas?
– Yo era arquitecto de la tijera y del hilo. Tuve un tiempo y una época. En realidad, me gusta que me reconozcan como «el modista».
– ¿Qué es para usted la moda?
– La moda es en realidad una moda “antimoda”. Todo se lleva y todo está. No hay ningún canon al que hay que sujetarse. Por eso, en realidad, podemos decir que todo es moda.
– ¿Cómo y cuando se sintió atraído por ella?
– Me sentí atraído por la moda a los cinco años. Es en ese momento cuando tuve mis primeras inquietudes e interés por este mundo. Fué con 14 años cuando empecé a trabajar en talleres. Más tarde, con 17 años, me trasladé a Barcelona donde comencé a trabajar en Casa Balenciaga. A los 19 años me fui a vivir a París y seguí trabajando con Balenciaga durante 12 años hasta el momento en que se cerraron las Casas Balenciaga y momento en que decidí establecerme definitivamente en Zaragoza.
– ¿Cómo es la mujer a la que iban dirigidos sus diseños?
– Mis diseños eran para mujeres que venían a nuestros atelieres y se dejaban aconsejar. Siempre creábamos tres diseños; un vestido de fondo de armario que llevar en cualquier momento, un vestido que utilizar a diario y un vestido “de colgar”, es decir, más especial y que llevar muy poco. En definitiva, mis clientes venían a mi porque me conocían, sabían de mi trabajo y se dejaban aconsejar por mi.
– ¿Cuales han sido sus referentes?
– Mis referentes pueden ser en muchas ocasiones circunstancias cotidianas; ver a las mujeres como visten, sentir la calle, sentarme en una a tomar un café aun una cafetería, acudir a un teatro, a un museo… en definitiva, en la vida diaria. Es ahídonde me inspiraba y el lugar en el que surgía la inspiración. Y, además de todo esto, en Balenciaga, por encima de todos, mi gran maestro.
 – ¿Cuando surgió su inspiración?
– Llegó con 8 años, en una visita junto a mi padre al Museo del Prado. Estábamos viendo el cuadro “Santa Casilda” de Zurbarán y fue en ese instante, al sentir esa sensación, cuando supe inmediatamente lo que quería hacer.
– ¿De qué forma ha influido la aparición de la figura de Balenciaga en su vida?
 Balenciaga fue mi maestro, mi fuente de aprendizaje para decidir y hacer todo lo que más tarde hice. De hecho, ahí está el reconocimiento del Museo Cristobal Balenciaga de Guetaria a la obra que hice y que en ningún momento ha reconocido mi propia ciudad de nacimiento.
– ¿Cómo valora el diseño de moda en la actualidad?
– En una palabra: cutre.
– ¿Qué diseñadores actuales le han sorprendido?
– Solamente un viejo diseñador de la misma escuela que es Givenchy. En cualquier caso, Balenciaga fue el director de orquesta y los demás fuimos sus músicos.
– ¿A quién le gustaría o hubiera gustado vestir?
– Vestí a muchas mujeres bellas; grandes damas y señoras, aristócratas, señoras muy importantes y señoras no tan importantes… mujeres bellísimas. Quizá me hubiera gustado vestir a dos referentes de mujer de la época como Audrey Hepburn o Marlene Dietrich.
– ¿Algún proyecto personal en desarrollo?
– Ninguno. Vida contemplativa. Solamente hay unos de los atelieres jóvenes que da unos pasos hacia el mismo estilismo de Balenciaga. Y hasta ahí te puedo decir… (dice Pedro Esteban mientras sonríe y mira de forma complice a Ángel Lecumberri de Lecumberri Atelier).
Nunca habrá palabras para agradecer todo aquello que Pedro Esteban ha transmitido y compartido con Lecumberri en la cantidad de tiempo que han vivido juntos, como la primera visita que hicieron al Museo Balenciaga con Igor Uria, director de colecciones y que les enseñó las entrañas del museo y quien regaló a Pedro Esteban el libro de Balenciaga. Un momento que se convirtió en inolvidable y emocionante cuando Lecumberri tuvo el honor de recibirlo en ese mismo instante, de las propias manos de Pedro Esteban, regalándoselo a su vez a él: “mejor que lo tenga Ángel. Ahora es su turno“. O el viaje que hicieron juntos a Madrid para ver la exposición de Givenchy al Museo Thyssen-Bornemisza y la forma en que éste explicaba a Lecumberri con detenimiento cada detalle, bordado, acabado, combinaciones majestuosas y curiosidades de cada trabajo que había detrás del modisto francés, discípulo igualmente de Balenciaga y en el que se observaba la clara influencia del vasco en el desarrollo y base de sus vestidos.
Un momento que se convirtió en inolvidable y emocionante cuando Lecumberri tuvo el honor de recibirlo en ese mismo instante, de las propias manos de Pedro Esteban, regalándoselo a su vez a él: “mejor que lo tenga Ángel. Ahora es su turno“.

Para el recuerdo quedan inmensidad de conversaciones acerca de las vivencias y “entresijos” de esa época dorada de la moda, de las grandes damas que pasaron por sus talleres, de diseñadores con los que compartió profesión, de grandes ciudades a las que se trasladó para desarrollar su trabajo como París o Barcelona o de numerosos momentos en su finca de Nuévalos, donde ha tenido el placer de ver todos aquellos vestidos y conocer todas esas increíbles historias que había detrás de ellos… en definitiva, grandes momentos que han vivido juntos y de los que Lecumberri siempre guardará un gran recuerdo e inmenso cariño. Gracias por todo, Don Pedro Esteban.